viernes, 28 de noviembre de 2014

SECUESTRO NO ES SECUESTRO. POR FAVOR LAS COSAS POR SU NOMBRE.



     Juan Carlos Salazar J.

Ha hecho carrera en nuestra sociedad el intento de manipulación perversa de no llamar las cosas por su nombre, ahora resulta que secuestro no es secuestro sino retenidos ilegalmente o prisioneros de guerra. Ahora impuesto a la riqueza no es impuesto sino contribución contra la pobreza. Y recalco el hecho que esto está ocurriendo en todos los ámbitos sociales, no solo en la política, sino en la justicia, las empresas y hasta la religión. 

El no llamar las cosas por su nombre es solo un mecanismo de evadir responsabilidades y justificar ciertos hechos, es pues demagogia pura y dura, populismo irresponsable y descarado, es un juego de palabras o ardid para crear una imagen distinta a la realidad, para quedar bien con Dios y con el diablo.

Un pueblo con bajos índices de calidad de la educación como Colombia, donde se premia el camino corto sin importar las consecuencias, acepta tales afirmaciones como ciertas. No podemos ni debemos permitir que no se llama a las cosas por su nombre, en espacial cuando se intenta utilizar para unos en contra de otros y beneficiar a terceros. 

Desde la perspectiva cultural, este mecanismo engañoso es utilizado porque existen valores en la sociedad que difícilmente son modificables y que permiten a los miembros de ésta no aceptar ciertas situaciones o hechos que van en contra vía de los valores, pero al cambiar el nombre posiblemente la misma situación sea aceptada por aquellos que no sabe a ciencia cierta la razón por las cuales existen esos valores. Pero si sabemos porque tenemos valores y su importancia en la sociedad no seremos engañados con demagogia.